domingo, 7 de marzo de 2010

LOS TOROS Y LA SER y elpais.com

“Una cosa es educación y otra cosa muy distinta mansedumbre” es la frase que se le ha oído por las ondas a Monolo Molés, cadena SER, en la media hora que le ha durado el programa esta noche fatídica que ha coincidido con Hollywood, la entrega de los Oscar, la fiesta de la alfombra roja y los trajes y los cotilleos y los premios de la Academia.
El recorte de emisión ha sido toda una Filípica analista sobre la abolición de las corridas de toros que se está tramitando en el Parlamento catalán.
Han intervenido el presidente de Extremadura y un diputado del Grupo Popular en el Parlamento europeo. Interés económico y la votación abolicionista del PSOE en Europa han sido los argumentos esgrimidos por los participantes. Al director del programa se le ha oído decir que "no ha votado nunca al PP hasta ahora", aludiendo a la cuestión política entablada sobre los toros por las izquierdas independentistas catalanas y algunos socialistas catalanes y procatalanes como el presidente Zapatero.
La cuestión abolicionista de los toros en Cataluña ha recopilado intervenciones múltiples de personalidades relevantes entre filósofos y científicos, como mi dilecto Jorge Wassenberger, a pesar de su intervención simplista y taurinamente marrullera con los trastos de matar en el Parlamento
La frase del director diferenciando educación y mansedumbre es lo que me hace regurgitar estas líneas, cuidando la educación de no salpicar a nadie.
Que los toros sufran no es ningún argumento dirimente de la cuestión,en términos cientifícos y filosóficos, porque el sufrimiento es congénito al ser humano. Por el hecho de que se sufre no se puede dejar de vivir y si la vida es un sufrimiento se tratará de paliarlo porque es imposible suprimirlo. La única forma de suprimir lo que no se puede suprimir es suprimir la supresión y de esa forma entrar en la materia que se discute.
Y es que lo que se argumenta a favor de la abolición de la corrida de toros en Cataluña, evitar el sufrimiento del animal, otorga al toro una exclusión de la rémora del sufrimiento congénito al ser humano. Por lo que se debería proponer en consecuencia, como se hace en los humanos, un paliativo para el sufrimiento del animal, si no se quiere conceder al toro un pedestal intocable, como al becerro de oro israelí, pues en ese caso, se trataría de una cuestión totémica, de hombres contra dioses, esencia mitología griega y de la civilización actual.
Que se oigan en la polémica argumentos como que la fiesta es parte de la cultura española, parece obvio, por lo que habría que restringir la discusión a la consideración de español, catalán, andaluz, gallego, murciano o llevado al límite, a dilucidar si la corrida, la fiesta del toro, es cretense, a ver quién es el que se llevaba el gato al agua en acerbo cultural, una cuestión esta, que se sale del análisis científico-filósfico de la abolición. El ruido que levanta tanta polémica será estridente si no hay nadie que imponga educación y mansedumbre.
Desde esta perspectiva se transluce que la abolición de la corrida de toros, más que un propósito plausible de impedir el maltrato del animal, se perfila como un fanatismo irredento que trata de imponer una religión. Y como se comprenderá la miscelánea sobre los dogmas, la moral y la costumbre es interminable. Para argumentar quién dice una cosa y hace otra, o aquí digo digo o mejor, digo diego, están las tertulias y por lo visto y oido, también el Parlamento.
Tertulia y programa de toros que te hace levantar de la cama para regurgitar estas líneas con mansedumbre, como el toro manso que no vale para el matador y debería ser devuelto educadamente a los corrales.
Si para lanzar un exabrupto, perfectamente legítimo, contra la abolición de la corrida de toros se dice que una cosa es educación y otra mansedumbre, la educación se da por supuesto obviada pero la mansedumbre maltratada.
Una última coletilla al director. Si Zapatero, a pesar de ser culé, vota antitaurino, será por su condición de presidente de todos los españoles, taurinos y antitaurinos, por lo que tiene que comportarse con educación y la mansedumbre necesaria para citar, parar y mandar, proceso esencial para entender la tauromaquia.

ALOPATICOS Y HOMEOPATICOS ELPAIS.COM 06/03/2010

La cuestión es bien sencilla. Entre un medicamento alopático y uno homeopático, me quedo con el segundo, porque el alopático, como otro remedio diferente al problema del que se trate, es lo que se llama en comunicación "salirse por peteneras", que será muy sugestivo pero nada practico. O lo que es lo mismo, el tratamiento alopático es como querer apretar o desaflojar un tornillo sin la llave propia de su misma medida. Y es que las ciencias adelantan....eso....una barbaridad.....de bárbaro...alocado.

Venezuela y los etarras ELPAIS.COM 07/02/2010

"Arturo José Cubillas Fontán espera que la ola pase" sic en este diario el link de este reportaje. Buen motivo para el silencio de Chaves después de tanta perorata. En él se lee también que los etarras fueron presentados como técnicos en nuevos explosivos, sic, argumento que utilizan los rescoldos del 11-M para poner a los etarras en primer lugar de la masacre, como si fuesen ellos los únicos expertos en explosivos. Lo pudieron hacer, pero no les toca ese dudoso honor pues con afirmar ser experto en una cosa, no se concede a nadie la exclusividad de su arrogancia.